El 14 de abril se celebra el día del patinador y su historia no deja de ser sorprendente.

Debemos la celebración de este día a Santa Lidwina. Como nórdica, Lidwina patinaba sobre hielo. A la edad de 15 años sufrió una caída patinando que le provocó la rotura de una costilla. Es comprensible pensar que en la época, recuperarse de lesiones así podía suponer un problema.

Esto provocó que Lidwina fuese empeorando y nunca llegó a recuperarse, quedando finalmente discapacitada para el resto de su vida, y llegando al punto en el que sólo podía mover su mano izquierda.

Se le atribuyeron milagros como el ayuno total y continuo, y la capacidad de sanar.

Falleció el 14 de abril de 1433.

Fue canonizada en 1890 por el Papa León XIII y es la patrona de los patinadores sobre hielo.

Y no podemos finalizar de otra forma que insistiendo encarecidamente en la importancia del uso de protecciones en la práctica del patinaje.